La firma Schiaparelli abrió el pasado lunes la pasarela de Alta Costura en París con una colección llena de trampantojos y unas espectaculares figuras falsas de taxidermia con cabezas de lobo o de león, lucidas entre otras por las tops Naomi Campbell e Irina Shayk.
Campbell se puso un espectacular abrigo de pelo con una cabeza de lobo en un hombro, mientras que Shayk llevó un vestido de terciopelo y palabra de honor con un león en el escote. El último vestido de esta línea fue uno con estampado de tigre blanco y la reproducción de la cabeza del animal en la delantera.
Las figuras fueron construidas a mano a partir de espuma y resina, principalmente, y prometen convertirse en una silueta muy viral después de que la empresaria e influyente Kylie Jenner, invitada al desfile, acudiera con el vestido con cabeza de león.
Pero, ¿es realmente una cabeza de león? No, lo mismo ocurre con los adornos que componen una falda, que parecen lentejuelas y son piezas de madera. El terciopelo cambia de color según la luz con la que se mire, como si fueran las alas de una mariposa. Un corsé es en realidad una plancha de madera y otro ha sido creado en cobre patinado, un trabajo en el que se han tardado cuatro meses. La innovación y la técnica están en el corazón de la marca, y más desde que Roseberry asumió las riendas de la firma surrealista por excelencia.
El desfile, que tuvo lugar en la espectacular entrada del Petit Palais de París, acogió a numerosas celebridades como las actrices Diane Kruger, Rossy de Palma, Philippine Leroy-Beaulieu, la exmodelo Inès de la Fressange o la cantante Doja Cat.