Y de pronto nos enteramos que Blanco va a cerrar, de a poco, sí, pero cierra. Es el fin, ¿de una era? Tal vez se podría decir así, porque Blanco era la típica tienda donde podías encontrar el vestido perfecto de Nochevieja la tarde del 31 de diciembre. O una camiseta para el verano que triunfaba allá donde fueras. Pues la empresa ha anunciado su liquidación online para el próximo viernes.
Esta semana, la marca fundada en 1960 por Bernardo Blanco sorprendía a los usuarios en redes sociales con posts en los que, con una disculpa, comunicaba el cierre temporal de la página web y, por tanto, de la compra online. Los comentarios con dudas sobre pedidos, devoluciones y lamentaciones se produjeron inmediatamente. Lo que pocos se imaginaban es que posteriormente el comité de empresas se reuniría con la cúpula directiva de la cadena y los administradores concursales para revelar que la compañía presentará un expediente de regulación de empleo y la liquidación, lo que supondrá, además, el cierre de las casi noventa tiendas físicas de Blanco.
La empresa llevaba varios meses buscando un inversor pero todo ha quedado en un intento infructuoso. De hecho, el fondo saudí AC Modus, propietario de la compañía desde el pasado junio, manifestó que “después de una exhaustiva revisión del modelo y del plan de negocio de Blanco, diseñada para generar beneficios tanto en España como en Portugal, ambas divisiones continúan sin hacerlo”. Así, esos comentarios sobre dudas han dado paso a aquellos en los que se expresa tristeza y mensajes de ánimo a los trabajadores que se verán afectados pero cuyos intereses, según la compañía, “quedarán salvaguardados”.
Este no es sino el desenlace no deseado a una agonía que llevaba afectando a la firma desde el año 2012, cuando comenzó una concatenación de números rojos que ni los cambios de nombre y renovacion de diseño ni las intervenciones de grupos privados ha podido solucionar. Toca decir adiós a una marca que ha formado parte de la industria desde el siglo pasado y continuar preparándose para los cambios que seguro todavía quedan por suceder en 2016.
Fuente: vogue.es