El 7 de febrero de 2012 se publicó este álbum, con el que han conseguido un contundente éxito en su gira internacional, y en el que ambos han unido sus fuerzas tras del éxito de «Dos pájaros de un tiro», el disco que reflejaba la gira que ambos protagonizaron en 2007 con éxitos de ambos. Precisamente, el pabellón Príncipe Felipe de la capital aragonesa ha sido el primero de los escenarios de esta gira.
«Hay dos artistas que intercambian canciones, papeles y que juegan con las historias», ha dicho Serrat, para quien la idea de hacer un disco «a cuatro manos» y presentarlo luego en directo se antojaba «muy interesante».
Para Sabina, este trabajo, con once canciones nuevas, «es mucho más completo, más rico, más divertido» que el precedente.
Y seguro que a la cabeza de Serrat han vuelto al pisar el escenario de Zaragoza algunos recuerdos, puesto que su madre y sus abuelos son aragoneses, oriundos de un pequeño pueblo de Zaragoza, Belchite, que sufrió mucho las batallas de la Guerra Civil.
«Hay toda una relación que no es vacía, que no lo fue nunca y a la que uno no puede ni quiere renunciar», ha asegurado el cantautor catalán.
UN TRABAJO A CUATRO MANOS
¿Es difícil trabajar a cuatro manos? Por lo que parece, no mucho. El secreto, según Serrat, está en el reconocimiento del otro, en el respeto, en la sinceridad mutua y en saber decir no. «Que si dices no, sepas que lo que tú has propuesto se quita», ha explicado Serrat, para quien la propuesta alternativa «siempre ha sido mejor» que la original, que la rechazada.
La relación entre ambos, que se empeñan en disfrazar, es buena de cara a los conciertos: «Si me preguntan cómo nos llevamos, mal. Por eso bebo», dice Sabina, quien a renglón seguido reconoce: «Aunque ya solo bebemos en las ruedas de prensa».
Serrat asegura que Sabina tiene «la cosa poética» y que él es «el cínico».
Sabina recoge el guante que le lanza el cantautor catalán y asegura: «No existen canciones de amor, sólo de desamor, que esperan que esa hija de puta se arrepienta durante toda su vida de haberse ido con otro».
Agradecen el éxito cosechado con su disco. «Los dioses paganos nos bendicen en unos tiempos tan convulsos, y no sabemos cómo agradecerlo excepto dejándonos la piel en el escenario», ha asegurado el ubetense, quien se ha reconocido, por eso, un ser «privilegiado».
No tienen planes para un «Pájaros III», pero Sabina ha reconocido que fue al tiempo de que concluyera la aventura de la primera gira cuando «le entraron ganas» de volver con Serrat.
Fuente: Orange Cultura