Este verano, los calzoncillos tipo bóxer se han convertido en los nuevos pantalones cortos, marcando una tendencia audaz que desafía las normas tradicionales de la moda. Liderada por la generación Z, esta propuesta busca crear conjuntos versátiles y cómodos, rompiendo las barreras entre lo masculino y lo femenino. Cada vez es más común ver cómo las prendas de un género migran al armario del otro, algo que ya han explorado diseñadores como Palomo Spain, Gucci, Louis Vuitton, Jacquemus y Dominnico.
Moda sin género
La moda sin género o ‘genderless’ gana terreno, invitando a vestirse con libertad, sin importar el sexo o la identidad de género. En este contexto, el bóxer se convierte en una prenda clave, que puede combinarse con camisetas, camisas de corte masculino, zapatillas deportivas o sandalias.
Esta tendencia hace del bóxer la última prenda interior que se exhibe abiertamente como parte del atuendo diario. Antes, fueron los sujetadores tipo bralette, los corsés, las pezoneras, los ligueros y los tangas. Ahora, el calzoncillo bóxer se muestra como una opción más para llevar como pantalón corto, siguiendo el ejemplo de modelos y referentes de la moda como Alexa Chung, Bella Hadid, y las hermanas Kendall y Kylie Jenner.
Si bien en temporadas anteriores el bóxer se limitaba a aparecer discretamente bajo pantalones de tiro bajo o minifaldas, ahora esta prenda sale a la calle con total confianza. Según la experta en comunicación de moda Pepa Fernández, el diseñador Glenn Martens, al frente de la marca Diesel, ha lanzado un bóxer unisex de algodón, teñido en tonos neutros, que captura perfectamente esta nueva corriente de moda.
