Uno de esos descubrimientos que cambian la historia, un pequeño paso para el hombre, y un gran paso para la humanidad. Con el descubrimiento del estadounidense Charles Goodyear (1800- 1860) del proceso de vulcanización del caucho tras años en el empeño, comenzó la evolución de la industria del transporte y del calzado. Unas zapatillas británicas creadas en 1920, las plimsoles dieron lugar más tarde a réplicas locales, como las Victoria en España. Estas comienzan con la historia de Gregorio quien hace ahora algo más de 100 años, conoció a su primer amor y creó unas zapatillas que se llamarían como ella. Así empezó la cautivadora historia de estas zapatillas, una aventura romántica por el mundo de la moda que este verano celebra su centenario y que rinde culto a la tradición manufacturera de calzado en España.
Fundada en 1915 como empresa alpargatera en un pequeño pueblo de La Rioja, Victoria ha sabido reinventarse sin renunciar a su esencia y hoy es todo un símbolo del diseño con sello español. Sus creaciones han caminado por más de cuarenta países y continúan manteniendo la misma calidad artesanal que el primer día. El modelo se ha extendido y ya no podemos pensar en el verano sin pensar en ellas. Hace tiempo que crear looks con este calzado como protagonista se convirtió en una de nuestras grandes pasiones, no solo por los atractivos resultados que podemos obtener sino por la comodidad que ofrecen.