‘Spinner’ el nuevo juguete de moda

Estoy seguro que los han visto. Aunque el nombre no les suene, esos cacharritos giratorios que dejan embobados a cualquiera están por todas partes. Es la nueva moda entre los más pequeños; las canicas, la peonza, los tazos, los tamagochis… y ahora el spinner.

Peor el remedio que la enfermedad

Se cuenta que el Spinner lo desarrolló Catherine Hettinger, ingeniera química, como un medio para estimular sus músculos afectados de miastenia gravis. Lo patentó en 1993 perdiendo la misma en 2005 por no poder hacer frente a los gastos derivados del registro del invento.

Hoy en día, aquella patente perdida está generando millones de ventas en todo el mundo, y es que esta peonza de mano está completamente de moda. Los puedes encontrar en cualquier juguetería, bazar… de infinidad de formas, colores pero todos mantienen la misma esencia y mecánica. Un juego de rodamientos que giran sobre el dedo, la nariz, la mano… Sí, sólo da vueltas nada más. En esa simpleza está el secreto.

 

Como las llamas de la chimenea o el programa más amarillento de televisión, el spinner es capaz de dejar embobados a los niños (y no tan niños) simplemente observando como da una y mil vueltas.

Parece que engancha, de tal manera que no son pocos los profesores que se han visto obligados a prohibir su uso en las aulas. Lógico. No se pueden permitir distracciones. Aunque hay quienes ven en este juguete una herramienta para ayudar a la concentración. Y a la relajación. No hay nada probado por supuesto, pero algunos países ya lo están utilizando para tratar trastornos como el déficit de atención, la ansiedad, el estrés…

¿Relajarse o perder el tiempo?

No vean esto como un ataque al juguete, pues su función que es la de entretener la cumple. Pero ¿no será mejor que los pequeños se aburran con cosas un poco más productivas?

Me explico. Es posible que el spinner relaje, y de seguro que entretiene, pero a costa de nada. Creo que es más estimulante relajarse tumbado mirando a las nubes; al menos es más creativo y tu mente está en funcionamiento. No digo que no sea efectivo en los casos de trastornos como los que he citado, pero no todos los niños tienen hiperactividad o estrés…

Un juguete que se disfruta en solitario, que apenas requiere esfuerzo físico y ni mucho menos mental. Que no aporta absolutamente nada. Que sólo hace que el tiempo pase con cada vuelta y poco más. Nos quejábamos de la tecnología en los más pequeños, pero en esta nueva y más rudimentaria moda también hay un componente que no está libre de pecado.

No se qué prefiero, un teléfono móvil o un cacharrito de estos… llámenme nostálgico pero me quedo con la peonza, que también daba vueltas, y alguna que otra partí jugando con los compañeros en el recreo. Ay, spinner…

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