Salidas a recoger setas en otoño, una buena alternativa saludable de ocio

Septiembre está a punto de terminar. Los niños han vuelto al cole, el verano se ha ido quedando atrás y ya huele a otoño. Las hojas caídas alfombrarán los montes y del húmedo suelo asomarán las primeras setas de la temporada. Salir a pasear por bosques y praderas y llevarse para casa un buen puñado de setas es sin duda una buena opción para las tardes otoñales.

Cuida lo que ves

El monte en otoño es especial. Tiene un color mágico, una luz que se filtra entre las ramas de los árboles que enamora. Pero sobre todo es ese olor fuerte a hongo el que acompaña los paseos entre pinares y robles.

Salir al campo en los meses inmediatos al verano es una fantástica opción para las tardes de octubre. Caminar es un excelente ejercicio y disfrutar de la belleza del entorno hace que apetezca más. Pero si quieres salir al monte cuídalo. Recuerda que todo lo que te rodea está ahí puesto por la propia naturaleza. No la alteres.

Se respetuoso con la flora y con los animales que te puedas encontrar. No arranques ramas, ni arrojes basura al suelo. Encender hogueras está prohibido, y si sales a por setas, mucho ojo.

No cojas lo que no conozcas

Si es la primera vez que te aventuras a la recogida de setas lo más recomendable es que lo hagas con alguien que tenga experiencia y que pueda enseñarte a distinguir las diferentes especies. Hacerte con una buena guía también es buena idea. En general en otoño encontrarás boletus, lepiotas, champiñones, pie azul, níscalo…

Existe una regla de oro en esto de las setas. La que no conozcas, o la que te genere dudas, déjala donde está. Las setas forman parte del manto de los bosques y praderas. Hasta las que no son comestibles cumplen una función en el monte. No las pises ni las arranques.

Lleva siempre una cesta. Nada de bolsas de plástico. Es importante que las esporas que sueltan las setas recién recogidas se esparzan por el suelo mientras caminas. Así ayudas a que la zona siga produciéndolas otros años. Córtalas con una navaja, sin arrancarlas «de raíz», y no te pases recogiendo.

En algunas zonas es necesario solicitar una licencia para su recogida, busca información antes de tocar nada y respeta los límites diarios de recogida. Con un buen puñado para cenar ese mismo día basta.

Al fin y al cabo salir a por setas debe convertirse en una actividad beneficiosa, productiva, divertida y sostenible. Así que ya sabes: no cojas lo que no conozcas (tu salud está en juego), cuida el monte y disfruta de la naturaleza. Las setas son sólo una excusa para dejar la ciudad por unas horas.

Deja una respuesta