Libros de mercadillo: leer sale barato

Pedro González Hace un buen puñado de años en mi primer año de carrera (yo estudiaba letras), una de mis profesoras nos dijo unas palabras que se me grabaron a fuego en la mente: «Si ustedes quieren sacar algo en claro de esta carrera deben viajar mucho y leer mucho». Recuerdo también lo que yo le respondí: «pero es que somos estudiantes y viajar sale muy caro», «pues lea usted» me espetó seca y directa.

Y vaya si le hice caso. He viajado todo lo que he podido pero desde luego he leído muchísimo más. Con mis primeras becas me surtía de material para las clases y también dejaba caer entre mis manos algún capricho en forma de novela. Casi siempre compraba en librerías de las de toda la vida, aunque internet también fue un buen escaparate de productos.

El mercadillo, paraíso del lector

Nunca me había parado en los puestos de libros que te sueles encontrar en casi todas las ferias, en las playas, mercadillos… pero en una de mis visitas a Madrid conocí el Mercado de libros de la Cuesta de Moyano. Había de todo y desde un euro en adelante. Una maravilla. Casi te los vendían al peso.

Me enamoré de repente de los libros de segunda mano. Libros de mercadillo. La gran mayoría están en perfectas condiciones. Pero algunos vienen subrayados o con alguna sorpresa entre sus páginas. Eso es algo que me fascina, algo que los hace todavía más vivos. Sólo el hecho de tener entre tus manos un libro que ya haya leído otra persona lo hace especial. En una ocasión y a modo de marca páginas me encontré en un ejemplar de «Memorias de Adriano» un billete de tren Florencia-Roma. Vaya historia pensé… este libro ha viajado bastante hasta acabar en mi estantería. Casi hasta me dio lástima terminarlo de leer y colocarlo entre «Yo Claudio» y «Los Placeres en Roma».

Pero a lo que vamos: la lectura a día de hoy es una de las pocas actividades culturales que casi cualquier bolsillo puede soportar. Es obvio que hay que pagar por la música, el teatro, el cine… y por supuesto también por la literatura. A través del pago dignificamos tanto la tarea del autor como la propia finalidad de la obra. Pero para las exiguas carteras de estudiantes, jóvenes y no tan jóvenes que no se acercan a las librerías por el precio, ahí están esos puestos de libros a «granel».

El consejo de la profesora

Estamos en verano. Hay fiestas en casi todas partes y mercadillos no faltan desde luego. Dudo mucho que no se encuentren con una mesa larga cargada de libros de todo tipo a precios increíbles. No se trata de competir con las librerías. Se trata de encontrar romanticismo y cultura en la «segunda mano».

Viajen, como nos aconsejaba aquella profesora; y si los tiempos son difíciles lean. El mercado de la segunda mano llevará a sus casas grandes textos que seguramente no encontrarían en una librería, solamente por el hecho de no haberse atrevido a entrar. Rebusquen y ese ejemplar de «La Isla del Tesoro» que siempre quiso aparecerá, o «El Principito» para sus hijos esperará sentado en la luna a que lo rescaten del montón.

La cultura tiene un precio, pero no siempre tiene que ser inalcanzable, pero eso ya es harina de otro costal.

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