Sin duda, la muerte de Paco de Lucía, por desgracia, es el acontecimiento musical del año en España; también ha tenido, y tendrá mucha repercusión en el resto del mundo, donde se le veneraba mucho más que aquí. Su figura o su genio, o como quieran considerarlo los críticos, hace, y digo hace por que a través de sus grabaciones podremos seguir disfrutando de su obra, que a quien no le guste el cante flamenco o el baile, como es mi caso, la guitarra flamenca sí nos haya cautivado.
El único guitarrista de igual magnitud, aunque de estilo muy diferente, fallecido, con el que se puede comparar es con Jimi Hendrix, el cual, hoy es un icono del siglo XX.
Cuando tanta gente entendida dice de él que ha sido el mejor guitarrista de todos los tiempos, algo de razón puede haber en ello. Cualquiera que se detenga a observar las dificultades de la técnica guitarrística flamenca, entenderá que hay que nacer para ello. Encontramos virtuosos de todos los estilos de guitarra, a excepción del flamenco, en prácticamente cualquier lugar del mundo. Eso da que pensar. Hemos tenido la suerte de tener a Paco de Lucía en este país de Belenes Estébanes, Paquirrines y demás esperpentos que inundan la televisión, la música y la literatura. En fin, a veces, muy pocas veces, tenemos la suerte de ofrecer al mundo algo por lo que sentirnos orgullosos de nosotros mismos.
Los argentinos, por ejemplo, no van a esperar a que su héroe nacional, Diego Armando Maradona, fallezca para hacerle grandes homenajes. Incluso tiene su propia religión en la que él es considerado un dios viviente. Desde luego es incomparable el legado que deja un futbolista al que deja un genio como Paco de Lucía.
El hombre, a lo largo de la historia, ha creado a todos los dioses que conocemos y aquellos de los que ya no se tiene constancia, según sus necesidades. El paso para convertir a un hombre en un mito y, un mito en un dios se ha repetido en numerosas ocasiones; así que quien sabe si estamos diciendo adiós al gran genio de la guitarra o dando la bienvenida a una nueva deidad. Solo el tiempo lo dirá.