Esta pasada semana, se ha celebrado en Budapest (Hungría) el campeonato europeo de patinaje artístico sobre hielo; donde, por cierto, el español Javier Fernández ha vuelto a proclamarse campeón de Europa por segundo año consecutivo. No ha trascendido demasiado, aquí, por que no había políticos para hacerse fotos con las medallas de otros, ni reyes ni reinas o sapos con sorpresa al ser besados.
He decidido hablar de patinaje artístico sobre hielo en un blog de música, por la importancia que ésta adquiere en este deporte. No olvidemos que este tipo de patinaje, comenzó como una especie de ballet sobre hielo.
Cada vez que se organiza una competición de esta modalidad, es buen momento para repasar un buen número de obras musicales, de autores clásicos, contemporáneos e incluso bandas sonoras de películas.
Entre las obras de música clásica más veces elegidas, por los patinadores y patinadoras, podemos encontrar varios de los valses de Tchaikovsky, pertenecientes a dos de sus ballets más populares: El Lago de los Cisnes, y La Bella Durmiente. También, de este mismo compositor, se ha usado en múltiples ocasiones el primer movimiento de su Concierto para Piano y Orquesta Nº1 Op.23.
Otros compositores, bien conocidos por todos nosotros, y muy utilizados para coreografiar los programas de estos patinadores son: Beethoven, con su bagatela para piano, más conocida como «Para Elisa«, o alguno de los movimientos de sus sinfonías, sobre todo de la Quinta y Sexta; Bizet, de quien suelen elegir temas de la Suite de Carmen, como la Habanera; Prokófiev, la Danza de los Caballeros, de su ballet Romeo y Julieta; Dvorak y sus Danzas Eslavas; Brahms, con alguna de sus Danzas Húngaras; Grieg, con varias de las partes de la Suite de Peer Gynt.
En este próximo mes de febrero, comenzarán los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, Rusia. Aquí tendremos una nueva oportunidad para disfrutar de este deporte, que tanto tiene de artístico, también para escuchar obras de siempre y descubrir otras nuevas, mientras los filos de las cuchillas dejan su impronta en la pista helada.
Yo no pienso perdérmelo.
J. M. Rodríguez
Estupendo artículo. Entre tanto futbolteísmo, pasa casi desapercibido este deporte. Su técnica, su plasticidad hipnótica y su, siempre impresionante, base musical, hace que nuestro pulgar se niegue a cambiar de canal para dejarnos llevar unos minutos por esta magia: si queréis flipar, buscad el video de Javier Fernández haciendo de Charlot (Zagred, 2013).
Muchas gracias por el comentario tan constructivo.
Desde luego que fue impresionante el programa de Javier Fernández como Charlot, al igual que el programa en el usó la banda sonora de Piratas del Caribe.