El 2022 invita al hedonismo, al capricho, a mostrar piel por doquier, de ahí que regresen las transparencias, las minifaldas, el corsé, los escotes o el brillo, tendencias divertidas y opulentas que se equilibran con diseños artesanales y bucólicos que abrazan el estilo de vida rural.
Y así, el cuerpo vuelve a exponerse, un capricho estético que llega con la rebeldía de los pantalones de tiro bajo, la travesura de las minifaldas diminutas, el descaro de los tops cortos, la provocación de las prendas de talle caído o la sutileza de las transparencias, aberturas y escotes.
Surgen combinaciones como pantalón y vestido al mismo tiempo, una ecuación opulenta que invita a dar una nueva oportunidad a los vestidos de aire más festivo y nocturno a plena luz de día, para ir a la oficina.
De los años 60 se recupera la pasión por la conquista del espacio y a través de amplias siluetas, vestidos-capa, trajes militares, gráficos galácticos, ricos bordados metalizados y colores estridentes, ahora Louis Vuitton, con prendas de aire deportivo pero sofisticadas, hace un guiño a esa carrera espacial con la que se recuerda la innovación de André Courrèges y Paco Rabanne.
Otras firmas como Miu Miu propone modelos más atrevidos como micro faldas de cintura muy baja que bien podrían pasar por cinturones caídos, una prenda que combina con jersey cortitos casi por debajo del pecho y zapatos mocasines con calcetines, una mezcla audaz entre chica sexy y niña buena.
La estética de los años 2000 también va a pegar fuerte, por lo que tops de mariposas, pantalones anchos junto con al estilo «preppy» con su míticos jerséis de cuello alto de cashmere, mocasines, polos de manga corta, zapatillas deportivas con calcetines altos, vestidos de lino blanco o sudaderas de algodón con escudos de las universidades.
El «boho-hippie» también tiene cabida y llamarán la atención las prendas vaquera con «patchwork» que caminarán junto a diseños «minimal» como chaquetas, vestido o pantalones, prendas sin aderezos ni cortes extremos, confeccionados con tejidos de calidad, que velan por el medio ambiente e invitan al confort y la vida tranquila.
Los vaqueros, que van bien con todo, continuarán siendo un básico al que se suma el vestido estampado. No importa el plan que se tenga previsto, cualquier modelo combinado con botas, botines, deportivas o espardeñas encajarán, son comodines perfectos que solo demandan jugar con algún que otro accesorio.