Romería a la Virgen de los Remedios

La localidad maragata de Luyego de Somoza celebra cada segundo domingo de octubre una romería en honor a la Virgen de los Remedios. Son muchos los que, año tras año, caminan hasta el pueblo situado a 17 kilómetros de Astorga para honrar a la que llaman «patrona de la Maragatería».

Desde el viernes se puede notar en la comarca mayor movimiento: los vecinos que un día partieron de Maragatería y alrededores regresan a su tierra para seguir siendo fieles a la Virgen. La mayoría de ellos, de Madrid y Barcelona, realizan varias horas de viaje para poder besar el manto a su patrona.

Foto de archivo: maratagos ataviados con la indumentaria tradicional.

Los afortunados que siguen habitando en la comarca ya se acercan a la ermita, situada en el centro de Luyego, desde nueve días antes del evento. El sábado, día de finalización de la novena, comienzan los actos más destacables.

La jornada del domingo, cuando la juventud acaba de acostarse, el tamboritero inunda las calles del pueblo maragato con la melodía que desprende con su flauta y tamborín. Los actos religiosos empiezan pronto, pues las eucaristías se suceden durante toda la jornada desde las 10 horas para que ninguno de los miles de visitantes se la pierda.

A las 13 horas es el acto religioso más destacable, pues la Virgen recorre las calles del pueblo acompañado por los nativos ataviados con la indumentaria tradicional. Cuando regresa al templo lo hace atravesando los ramos de hiedra y flores que portan los más jóvenes. Finalmente, el acto más importante termina con el tradicional canto del ramo.

Foto de archivo: ramos que ha de atravesar la Virgen.

A la salida, el tamboritero de nuevo, marcará el ritmo de las jotas, el corro, la entradilla y las boleras maragatas, que también se repetirán durante la tarde. Durante todo el día cientos de puestos ocuparán las calles de la localidad para que los visitantes compren «los perdones». La jornada acabará con baile al compás de la orquesta.

Foto de archivo: visitantes comprando «los perdones».

La fiesta se extiende durante los dos días siguientes, teniendo el lunes una programación similar pero con un ambiente más «familiar» con los pueblos vecinos. El martes, en cambio, además de la misa y el baile maragato, la fiesta culmina con sardinas, panceta y vino y una ronda por el pueblo.

 

 

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