El 19 de agosto se cumplieron exactamente 138 años del nacimiento en Francia de Gabrielle Chanel, que pasó a la historia como Coco Chanel, la única diseñadora de moda que figura en la lista de las cien personas más influyentes del siglo XX de la revista Time. Más de un siglo después de su nacimiento y 50 años tras su fallecimiento, la importancia de esta diseñadora traspasa fronteras y su marca, Chanel, sigue siendo una de las más reconocidas a nivel mundial.
Chanel dio una importante libertad de vestido a la mujer en la post Guerra mundial, y puso en tendencia desde vestidos elegantes a prendas deportivas. Pero no solo se dedicó al diseño de moda, en una ocasión declaró que «la belleza debería comenzar en el alma y el corazón, de otra manera, los cosméticos son inútiles». Destacó por ser una de las creadoras de moda más innovadoras durante la Primera Guerra Mundial. Produjo una ruptura con la opulenta y poco práctica elegancia de la Belle Époque y creó una línea de ropa informal, sencilla y cómoda. También se consolidó como diseñadora de bolsos, perfumes, sombreros y joyas. Su famoso traje sastre femenino de tweed ribeteado se convirtió en un icono de la elegancia femenina, y su perfume Chanel Nº5 es un icónico producto mundialmente conocido.
La elegancia no es un privilegio de los que han superado la adolescencia, sino de los que han tomado posesión de su futuro.
Coco Chanel
Entre sus icónicos productos, Coco Chanel creó en 1926 el vestido corto negro. Tan versátil como favorecedor, es una de las prendas que no pueden faltar en ningún vestidor porque nos salvan de cualquier imprevisto, siendo perfecto para cualquier tipo de ocasión y un fondo de armario imprescindible. Entre las prendas que reinventó se encuentran las rayas marineras, popularizó una prenda únicamente utilizada por marineros en aquélla época y hoy en día no podemos vivir sin tener una camiseta a rayas en nuestro armario.